¡Hola a tod@s! Me llamo Laura Antuña, soy de Navarra y tengo 16 años. La verdad es que siempre he querido escribir un blog, pero nunca me he atrevido del todo. No obstante, ahora ya tengo un objetivo claro: mi viaje.
En septiembre del 2015 me enteré por unas amigas de que podía optar a las becas organizadas por la fundación Amancio Ortega. Las condiciones eran:
- Tener un mínimo de 8 en inglés en 3º ESO.
- Tener un mínimo de 7 en las demás asignaturas, también en 3º ESO.
- Y estar cursando 4º ESO.
Me apunté con el tiempo justo, así que me preocupó no rellenar del todo bien la información. Pero gracias a la ayuda de mi madre (porque mi padre no estaba muy convencido de que participara) todo salió perfecto.
La primera fase eran una prueba escrita (‘reading’ y ‘writing’) y una auditiva (‘listening’). Tuve que acudir a Pamplona y cuando llegué al hotel dónde se realizaban entré en pánico. ¡Había muchísima gente! Tenía claro que sería prácticamente imposible que me cogieran habiendo tantos para optar a la beca.
Al terminar los exámenes tuve que esperar varias semanas hasta que salieran los resultados de los que habían sido seleccionados para hacer la siguiente prueba, la cual sería la definitiva. LOS DÍAS PARECÍAN AÑOS. No podía pensar en otra cosa. Hubo ocasiones en las que me encontraba en casa y comenzaba a llorar. ¡No sabría que haría si no me dieran la beca! Mis padres me recalcaban que no pasaba nada si no fuera seleccionada. Pero que de todos modos, estaba sacando las cosas de quicio ya que aún no habían colgado los resultados.
Llegó aquel día de diciembre y esperé hasta la 13:00. Como me encontraba en clase, tuve que irme al baño con mis amigas para descubrir el misterio. Pero a la hora de la verdad, no pude hacerlo. Me bloqueé. Así que después de comerme la cabeza y de que mis compañeras me dijeran que estaba loca por demorarme tanto, esperé hasta llegar a casa a las 15:00 y verlo con mi familia. ¡¡Piiiiiiii!! Sonó el timbre y me faltaron pies para correr a montarme al coche de mi madre. Aún no me había sentado cuando empezó a chillar (medio llorando) mientras me daba la enhorabuena. HABÍA PASADO LA 1ª PRUEBA. Sonreí de oreja a oreja y sentí que sólo me quedaba un pequeño esfuerzo.
Al cabo de unos meses, tuve que realizar una prueba oral (‘speaking’) vía Skype. Estuve desde el 20 de diciembre pensando en que podía hablar, debido a que era una composición de tema libre. Finalmente, decidí por contar lo agradecida que estaba por haber llegado hasta aquí, mis mayores pasiones (la música, tocar el piano, viajar, hacer deporte y sobretodo, los idiomas). Recalqué que estudiar en EEUU había sido un sueño para mí desde que empecé a estudiar inglés. Y a causa de mi afición a los idiomas, tomé la decisión de estudiar Traducción e Interpretación de idiomas (inglés, francés, alemán, japonés, italiano… y muchos más). Mientras realizaba la prueba, me temblaban los pies, las piernas y las manos, por eso estoy agradecida de que sólo me vieran la cara y medio cuerpo. Al acabar mi monólogo, me empezaron a hacer preguntas que no preparé previamente. Algunas de ellas eran «¿Te importaría que te tocara una pareja homosexual, de otra raza o religión?, ¿Qué crees que tú aportarías a este programa?, ¿Y qué te aportaría éste a ti?, ¿Cómo llevarías el no poder ver a tus padres en un año entero, ni en Navidad ni Año Nuevo?…» entre otras muchas más. Contesté con total sinceridad, por lo que al acabar la prueba sentí un cosquilleo en el pecho que me daba la sensación de que tendría que preparar maletas dentro de poco.
A finales de enero, a la 13:00, estaría los resultados en nuestros emails. Como estaba en clase, fui otra vez a los baños de la primera planta y este se llenó en menos de un minuto por todas mis mejores amigas, las cuales estaban tan nerviosas como yo. Cogí mi móvil, con las manos sudadas y temblorosas, e introduje la dirección de correo y la contraseña. Ya estaba en la bandeja de entrada. Ahí. Justo enfrente de mis ojos. Acababa de llegar un email de la fundación. Éste determinaría mi futuro. Después de que mis amigas me «obligaran» a abrirlo, esperé. Y esperé. Y esperé. Y nada. ¡El mejor día para que me fuera mal el Internet! Tenía el corazón a mil. De repente, me entró una llamada de mi madre, pero decidí colgarle porque estaba demasiado nerviosa. Volvió a llamar y descolgué el teléfono, esperando lo peor.
«¡¡Te han cogido cielo, estás dentro!! Lo has conseguido.»
No pude oír nada más. El móvil se desplomó y empecé a llorar como si no lo hubiera hecho nunca. Mis amigas, con una cara de lástima, me dieron ánimos y me dijeron que no pasaba nada, que había participado mucha gente. Pero les expliqué, entre sollozos, que estaba en la lista. Me dieron la enhorabuena y comenzaron a hacer bromas sobre mi cuando estuviera allí. La sensación que sentí esos segundos no puedo plasmarla en palabras. Aunque espero que os hayáis hecho una pequeña idea.
Hasta aquí el recorrido realizado para estar escribiendo este blog. Espero que lo hayáis disfrutado y tengáis una buena semana. Intentaré escribiros lo más pronto posible.
P.D: Os dejo el link de la página oficial de la Fundación Amancio Ortega. www.faortega.org
All the love. Lau ♥